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noticias que acerca de la memoria naturalmente puede tener.
1. Por los daños que habemos dicho que al alma tocan por las aprehensiones de la memoria,
podemos también colegir los provechos a ellos contrarios que se le siguen del olvido y vacío
de ellas; pues, según dicen los naturales, la misma doctrina que sirve para un contrario sirve
también para el otro.
Porque, cuanto a lo primero, goza de tranquilidad y paz del ánimo, pues carece de la
turbación y alteración que nacen de los pensamientos y noticias de la memoria; y por el
consiguiente, de pureza de conciencia y de alma, que es más. Y en esto tiene gran
disposición para la sabiduría humana y divina y virtudes.
2. Cuanto a lo segundo, líbrase de muchas sugestiones y tentaciones y movimientos del
demonio, que él por medio de los pensamientos y noticias ingiere en el alma, y la hace caer
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en muchas impurezas y pecados, según dice David (Sal. 72, 8), diciendo: Pensaron y
hablaron maldad. Y así, quitados los pensamientos de en medio, no tiene el demonio con
qué combatir al espíritu naturalmente.
3. Cuanto a lo tercero, tiene en sí el alma, mediante este olvido y recogimiento de todas las
cosas, disposición para ser movida del Espíritu Santo y enseñada por él; el cual, como dice
el Sabio (Sab. 1, 5), se aparta de los pensamientos que son fuera de razón.
Pero, aunque otro provecho no se siguiese al hombre que las penas y turbaciones de que
se libra por este olvido y vacío de memoria, era grande ganancia y bien para él. Pues que
las penas y turbaciones que de las cosas y casos adversos en el alma se crían, de nada
sirven ni aprovechan para la bonanza de los mismos casos y cosas; antes de ordinario, no
sólo a éstos, sino a la misma alma dañan. Por lo cual dijo David (Sal. 38, 7): De verdad,
vanamente se conturba todo hombre. Porque claro está que siempre es vano el conturbarse,
pues nunca sirve para provecho alguno. Y así, aunque todo se acabe y se hunda y todas las
cosas sucedan al revés y adversas, vano es el turbarse, pues, por eso, antes se dañan más
que se remedian. Y llevarlo todo con igualdad tranquila y pacífica, no sólo aprovecha al alma
para muchos bienes, sino también para que en esas mismas adversidades se acierte mejor
a juzgar de ellas y ponerles remedio conveniente.
4. De donde, conociendo bien Salomón (Ecli. 3, 12) el daño y provecho de esto, dijo: Conocí
que no había cosa mejor para el hombre que alegrarse y hacer bien en su vida. Donde da
a entender que en todos los casos, por adversos que sean, antes nos habemos de alegrar
que turbar, por no perder el mayor bien que toda la prosperidad, que es la tranquilidad del
ánimo y paz en todas las cosas adversas y prósperas, llevándolas todas de una manera. La
cual el hombre nunca perdería si no sólo se olvidase de las noticias y dejase pensamientos,
pero aun se apartase de oír, y ver, y tratar cuanto en sí fuese. Pues que nuestro ser es tan
fácil y deleznable, que, aunque esté bien ejercitado, apenas dejará de tropezar con la
memoria en cosas que turben y alteren el ánimo que estaba en paz y tranquilidad, no se
acordando de cosas. Que por eso dijo Jeremías (Lm. 3, 20): Con memoria me acordaré, y
mi alma en mi desfallecerá con dolor.
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CAPÍTULO 7
En que se trata del segundo género de aprehensiones de la memoria, que son imaginarias
y noticias sobrenaturales.
1. Aunque en el primer género de aprehensiones naturales habemos dado doctrina también
para las imaginarias, que son naturales, convenía hacer esta división por amor de otras
formas y noticias que guarda la memoria en sí, que son de cosas sobrenaturales, así como
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de visiones, revelaciones, locuciones y sentimientos por vía sobrenatural. De las cuales
cosas, cuando han pasado por el alma, se suele quedar imagen, forma y figura, o noticia
impresa, (ahora en el alma), ahora en la memoria o fantasía, a veces muy viva y
eficazmente. Acerca de lo cual es menester también dar aviso, porque la memoria, no se
embarace con ellas y le sean impedimento para la unión de Dios en esperanza pura y
entera.
2. Y digo que el alma, para conseguir este bien, nunca sobre las cosas claras y distintas que [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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