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He perdido mi Leo. ¿Quién continuará mi proyecto ARNOLD?
El CU imitó el rostro de su figura paterna: sienes encanecidas, mandíbula firme y ojos
comprensivos.
Te ascendemos a presidente del comité. Acompañarás a mis terminales en esta
ciudad y presidirás las reuniones. Dame tu minuta diaria y me ocuparé de que todas tus
necesidades sean atendidas.
Drum dejó caer la insignia en la ranura. Una nueva barra de oro apareció. Un carnero.
Su rango era Aries. La frotó contra su manga.
¿Y ARNOLD?
Como presidente puedes interesarte por el asunto todo lo que desees. El embarca
esta tarde. Tu presencia es esperada. Tu nuevo alojamiento estará en la sala de
reuniones.
Drum asintió. Esta noche dormiría junto a los terminales.
La torre del astillero estaba abarrotada. Los meditecs retiraron la tablilla acordada de
ARNOLD y le colocaron una ligera ligadura, para que recordase no levantar de momento
objetos pesados. El abría y cerraba sus puños lentamente.
Drum, estoy perfectamente bromeó el gigante.
Drum le tendió un ciberequipo. A su lado dos electrotecs le alargaron unas pesadas
canastas.
Aquí están las cintas de aprendizaje que necesitarás para funcionar en los lectores
linguales de Rorqual. Haz que el barco hable contigo. Consigue su amistad, así te avisará
cuando un béntico se aproxime. Es una buena cosechadora. Cuídala y te cuidará.
ARNOLD pasó el equipo a un tec. Muñequitas de la clase diez aparecieron y
recogieron los canastos llenos de nuevos y brillantes mecanismos auditivos y linguales. El
envejecimiento de Drum preocupó al guerrero. Todo su cabello había desaparecido, tanto
del pericráneo como de las cejas. Sus dientes sintéticos resultaban demasiado blancos
para su piel senil, que mostraba las rosadas marcas y costras de los vasos. El cristalino
del ojo que no había sido operado se había enturbiado y era castaño grisáceo, una
catarata lenticular desarrollada. Su cadera sintética funcionaba bastante bien, pero la
rodilla había pasado a ser un cuerpo interno flojo y un reluciente y granuloso
recubrimiento.
Tienes aspecto cansado, viejo. ¿Has solicitado una visita a la clínica?
Lo he hecho en cuanto conseguí mi Aries. Todos los presidentes son bastante bien
atendidos. No te preocupes por mí sonrió Drum.
El gigante palmeó el hombro del anciano y encogido hocicudo y partió. En el vestíbulo
vio a Wandee
con su equipo de biotecs. Ella advirtió su falta de entusiasmo ante la partida.
Drum será bien reparado le aseguró . La CU nos ha dado carta blanca. Miraré los
informes de la clínica por si hubiese algún indicio de un fallo del eje neurohormonal. Quizá
podamos pedir un surtido de glándulas endocrinas jóvenes a su laboratorio clónico.
ARNOLD asintió. Wandee y Drum se habían convertido en sus figuras paternas.
Aunque él había sido «embotellado», se le había dado el soporte de esta pseudofamilia a
causa de lo primitivo de su psique. Ella le acompañó hasta los muelles y agitó su mano
mientras embarcaba. La protuberancia arbórea tenía un aspecto incongruente en los
astilleros, un verde viviente sobre un reluciente ciberbosque de grúas y robots torno. Las
visitas de la cosechadora eran siempre demasiado breves para permitir a los mecs
repararla. Se detenía sólo el tiempo suficiente para descargar y cambiar de tripulación.
Pero, en cada atraque, un ejército de clases siete desfilaba por su casco, tomando datos
que les ayudarían a diseñar nuevas cosechadoras. Una tanda de nuevas superestructuras
iban tomando forma sobre sus rieles. Los ARNOLDs inferiores trabajaban con los mecs,
trabajadores sintéticos simples y no condicionados de piel gruesa e ingenio embotado.
Los soporíferos adornaban sus potajes. Agitaron sus brazos en señal de saludo cuando
Rorqual enfiló la desembocadura.
Una vez a bordo, ARNOLD comenzó la instalación de los nuevos paneles vocales.
Reptó entre las cubiertas, cambiando de sitio los acolchados aisladores para dejar
espacio a las nuevas unidades. Dejó las antiguas donde estaban, pues eran inamovibles
a causa de las gruesas raíces y las verde rojizas incrustaciones de óxidos. Las cintas de
aprendizaje giraron. Apretando el último empalme, palmeó en la pared.
Ahí lo tienes, vieja. Un nuevo equipo de cuerdas vocales. ¿Qué tienes que decir?
Hola, pies desnudos.
Sonriendo miró hacia abajo, flexionando sus dedos. El resto de la tripulación llevaba
botas.
¡Maravilloso! Suenas fantásticamente. ¿Algo más?
Limpia mi joroba.
¿Tu joroba?
Sí dijo Rorqual . Quita los árboles de mi protuberancia y cierra mis placas dañadas.
La pulverización electrolítica me quema.
ARNOLD asintió.
La bruma salitrosa. ¿Te produce dolor?
Sí. Quema mis nervios y me envejece.
ARNOLD miró a su alrededor, comprendiendo. Todos los cables expuestos al aire eran
como su propio sistema nervioso, sensitivo al pH y a la acción del oxígeno.
Se llevó a un equipo de electrotecs a lo largo del cuarto de milla que medía la espina
dorsal de la ciberballena e intentó calcular el trabajo que sería necesario para proteger
sus circuitos.
Ahí arriba debe hacer un acre de árboles grandes dijo ARNOLD . Necesitaremos
meses para arrancar este amasijo de raíces y herrumbre.
Estoy sufriendo dijo el barco . Por favor, impermeabiliza mis circuitos
inmediatamente. Prepararé cubas de polímero para su aplicación pulverizada. Será
transparente y podrá ser cortado fácilmente en caso de que sea necesario hacer
reparaciones. Pero me aislará de los gases y del agua. Estaré cómoda.
ARNOLD hizo un gesto de asentimiento.
En seguida, vieja dio las órdenes oportunas. Los tecs comenzaron a pulverizar el
revestimiento de consistencia de jarabe. Un lienzo del material fue colocado envolviendo
los cerebros delantero y posterior y sellado. Cuando terminaron el trabajo regaron las
áreas con agua salada. No hubo dolor. ARNOLD sonrió : Ahora estarás cómoda hasta si
nos hundimos y se echó a reír. [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]
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He perdido mi Leo. ¿Quién continuará mi proyecto ARNOLD?
El CU imitó el rostro de su figura paterna: sienes encanecidas, mandíbula firme y ojos
comprensivos.
Te ascendemos a presidente del comité. Acompañarás a mis terminales en esta
ciudad y presidirás las reuniones. Dame tu minuta diaria y me ocuparé de que todas tus
necesidades sean atendidas.
Drum dejó caer la insignia en la ranura. Una nueva barra de oro apareció. Un carnero.
Su rango era Aries. La frotó contra su manga.
¿Y ARNOLD?
Como presidente puedes interesarte por el asunto todo lo que desees. El embarca
esta tarde. Tu presencia es esperada. Tu nuevo alojamiento estará en la sala de
reuniones.
Drum asintió. Esta noche dormiría junto a los terminales.
La torre del astillero estaba abarrotada. Los meditecs retiraron la tablilla acordada de
ARNOLD y le colocaron una ligera ligadura, para que recordase no levantar de momento
objetos pesados. El abría y cerraba sus puños lentamente.
Drum, estoy perfectamente bromeó el gigante.
Drum le tendió un ciberequipo. A su lado dos electrotecs le alargaron unas pesadas
canastas.
Aquí están las cintas de aprendizaje que necesitarás para funcionar en los lectores
linguales de Rorqual. Haz que el barco hable contigo. Consigue su amistad, así te avisará
cuando un béntico se aproxime. Es una buena cosechadora. Cuídala y te cuidará.
ARNOLD pasó el equipo a un tec. Muñequitas de la clase diez aparecieron y
recogieron los canastos llenos de nuevos y brillantes mecanismos auditivos y linguales. El
envejecimiento de Drum preocupó al guerrero. Todo su cabello había desaparecido, tanto
del pericráneo como de las cejas. Sus dientes sintéticos resultaban demasiado blancos
para su piel senil, que mostraba las rosadas marcas y costras de los vasos. El cristalino
del ojo que no había sido operado se había enturbiado y era castaño grisáceo, una
catarata lenticular desarrollada. Su cadera sintética funcionaba bastante bien, pero la
rodilla había pasado a ser un cuerpo interno flojo y un reluciente y granuloso
recubrimiento.
Tienes aspecto cansado, viejo. ¿Has solicitado una visita a la clínica?
Lo he hecho en cuanto conseguí mi Aries. Todos los presidentes son bastante bien
atendidos. No te preocupes por mí sonrió Drum.
El gigante palmeó el hombro del anciano y encogido hocicudo y partió. En el vestíbulo
vio a Wandee
con su equipo de biotecs. Ella advirtió su falta de entusiasmo ante la partida.
Drum será bien reparado le aseguró . La CU nos ha dado carta blanca. Miraré los
informes de la clínica por si hubiese algún indicio de un fallo del eje neurohormonal. Quizá
podamos pedir un surtido de glándulas endocrinas jóvenes a su laboratorio clónico.
ARNOLD asintió. Wandee y Drum se habían convertido en sus figuras paternas.
Aunque él había sido «embotellado», se le había dado el soporte de esta pseudofamilia a
causa de lo primitivo de su psique. Ella le acompañó hasta los muelles y agitó su mano
mientras embarcaba. La protuberancia arbórea tenía un aspecto incongruente en los
astilleros, un verde viviente sobre un reluciente ciberbosque de grúas y robots torno. Las
visitas de la cosechadora eran siempre demasiado breves para permitir a los mecs
repararla. Se detenía sólo el tiempo suficiente para descargar y cambiar de tripulación.
Pero, en cada atraque, un ejército de clases siete desfilaba por su casco, tomando datos
que les ayudarían a diseñar nuevas cosechadoras. Una tanda de nuevas superestructuras
iban tomando forma sobre sus rieles. Los ARNOLDs inferiores trabajaban con los mecs,
trabajadores sintéticos simples y no condicionados de piel gruesa e ingenio embotado.
Los soporíferos adornaban sus potajes. Agitaron sus brazos en señal de saludo cuando
Rorqual enfiló la desembocadura.
Una vez a bordo, ARNOLD comenzó la instalación de los nuevos paneles vocales.
Reptó entre las cubiertas, cambiando de sitio los acolchados aisladores para dejar
espacio a las nuevas unidades. Dejó las antiguas donde estaban, pues eran inamovibles
a causa de las gruesas raíces y las verde rojizas incrustaciones de óxidos. Las cintas de
aprendizaje giraron. Apretando el último empalme, palmeó en la pared.
Ahí lo tienes, vieja. Un nuevo equipo de cuerdas vocales. ¿Qué tienes que decir?
Hola, pies desnudos.
Sonriendo miró hacia abajo, flexionando sus dedos. El resto de la tripulación llevaba
botas.
¡Maravilloso! Suenas fantásticamente. ¿Algo más?
Limpia mi joroba.
¿Tu joroba?
Sí dijo Rorqual . Quita los árboles de mi protuberancia y cierra mis placas dañadas.
La pulverización electrolítica me quema.
ARNOLD asintió.
La bruma salitrosa. ¿Te produce dolor?
Sí. Quema mis nervios y me envejece.
ARNOLD miró a su alrededor, comprendiendo. Todos los cables expuestos al aire eran
como su propio sistema nervioso, sensitivo al pH y a la acción del oxígeno.
Se llevó a un equipo de electrotecs a lo largo del cuarto de milla que medía la espina
dorsal de la ciberballena e intentó calcular el trabajo que sería necesario para proteger
sus circuitos.
Ahí arriba debe hacer un acre de árboles grandes dijo ARNOLD . Necesitaremos
meses para arrancar este amasijo de raíces y herrumbre.
Estoy sufriendo dijo el barco . Por favor, impermeabiliza mis circuitos
inmediatamente. Prepararé cubas de polímero para su aplicación pulverizada. Será
transparente y podrá ser cortado fácilmente en caso de que sea necesario hacer
reparaciones. Pero me aislará de los gases y del agua. Estaré cómoda.
ARNOLD hizo un gesto de asentimiento.
En seguida, vieja dio las órdenes oportunas. Los tecs comenzaron a pulverizar el
revestimiento de consistencia de jarabe. Un lienzo del material fue colocado envolviendo
los cerebros delantero y posterior y sellado. Cuando terminaron el trabajo regaron las
áreas con agua salada. No hubo dolor. ARNOLD sonrió : Ahora estarás cómoda hasta si
nos hundimos y se echó a reír. [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]